El arma fundamental del docente

Por Edistio Cámere

De pronto el horizonte mudó de color. La esperanza de un mañana mejor empalidece. El presente sobrecoge e inmoviliza. El entorno nacional e internacional no es tierra fértil de la cual el maestro pueda cosechar frutos maduros para compartir con sus alumnos. Más bien, se ha convertido en tierra agreste y, en no pocos casos, árida; a tal extremo que exige del docente sus mejores recursos para extraer semillas (de las buenas) para que germinen sólidas en la mente y en el corazón de sus discípulos. 

Es ardua la tarea que le espera al profesor en estos próximos años. ¿Cómo enseñar a ser sincero si el quedar bien vale más que el decir la verdad? ¿Cómo hablar de paz si la guerra puede estar a la vuelta de la esquina? ¿Cómo enseñar la lealtad si los compromisos asumidos no se honran? ¿Cómo hablar de la dignidad del hombre si sus derechos se vulneran con enervante frialdad?  ¿Para qué esforzarse en aprender si las posibilidades de aplicar los conocimientos se reducen con angustiosa celeridad?   

Estoy convencido que no ha habido una época paradisíaca. Todas han tenido sus momentos de dificultad. Por tanto, una primera consecuencia es mirar la nuestra con prudente realismo, sin ribetes apocalípticos que impidan avizorar la luz que se esconde tras una montaña. La situación actual es producto de un gran don del ser humano: su libertad.

Por eso, el docente no debe cejar en el empeño de formar un criterio recto, de modo que el alumno pueda discernir entre lo correcto y lo incorrecto, dejando sentado que una conducta equivocada no anula el principio o un valor. De la mano con los padres de familia, el profesor debe tener la certeza que no existe una influencia superior a ellos, por tanto, con su cercanía afectiva, con su ejemplaridad  y con su palabra estimulante y oportuna podrá conducir a buen puerto a los alumnos a él encomendados, aún a pesar que el entorno inmediato y mediato se muestren contrario a sus enseñanzas. El optimismo realista será el arma fundamental del docente de este siglo XXI.


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