CONTRATAR O DESCUBRIR: Dilema del directivo

En la línea de contratar o descubrir nuevos talentos docentes, planteamos dos estrategias directivas, no antagónicos ciertamente, pero que tienen consecuencias distintas en el horizonte temporal de una escuela:

  1. Descubrir nuevos colaboradores con talento en el mercado educativo con la esperanza cierta de que viertan toda su valía y experiencia profesional, al proyecto educativo de la escuela. Esta estrategia descansa – una vez definida la posición a ocupar – en los medios utilizados para la convocatoria, en un riguroso proceso de selección y, finalmente en un eficaz protocolo de aceptación e inducción. Sin duda, los mejores talentos no vendrán únicamente por las tentadoras condiciones contractuales, también por el prestigio y consistencia del proyecto educativo de esa escuela.
  2. Descubrir nuevos talentos y capacidades en las personas que ya trabajan en la propia escuela. Esta estrategia implica:
    1. Identificar las necesidades específicas que se quieren satisfacer, considerando que la necesidad general a solventar en una escuela es la de introducir al niño o joven en la cultura de una colectividad a través de la enseñanza. Dichas necesidades que se recogen en el Ideario, dan lugar a saberes específicos que fundamentan nuevas actividades tanto en su concepción, diseño y realización.El saber especifico constituye un “además” en el desarrollo profesional de los docentes porque su aplicación abre nuevos áreas para el estudio, la investigación y para la gestión. Dichas acciones reclaman de titulares para su ejecución, por tanto, implementando un sistema matricial que permita su empoderamiento se consigue que – mientras se desarrolle un nuevo proyecto – ejerzan un liderazgo que incrementa su valía profesional, mayor aporte y compromiso con la escuela.
    2. Mostrar el sentido y los fines que reverberan en el cotidiano quehacer docente. En la medida que se le descubra la profundidad, el horizonte y las relaciones que anidan en toda tarea educativa se contribuye a confirmar y aquilatar la vocación del maestro.
    3. Confiar en que el docente desempeñara con eficiencia, lealtad y prudencia las tareas encomendadas. La confianza no se fundamenta en una evidencia. Confiar significa creer en alguien, en sus palabras, no en lo convincentes que puedan ser sus razones. El directivo que confía arriesga, porque abandona su propia seguridad que le otorgan sus conocimientos, experiencia o posición en favor de una promesa, de un ofrecimiento o de una disposición que no controla porque lo ofrecido aun no lo tiene. (Terrasa, Eduardo, 2005)
    4. Sobre la base de la confianza en una escuela se estructura y define la ‘zona de autonomía’ (Isaacs, David, 2004) que es el ámbito en el cual cada docente toma decisiones atendiendo el contexto y su criterio profesional. Compete al directivo – en estricta coherencia con la confianza depositada – respaldarlas e introducirlas en la cultura organizativa. Ordinariamente, cuando se reconoce autonomía en la zona de la propia competencia, el actuar con responsabilidad es un modo de corresponder a la confianza depositada en el docente como persona y profesional.
    5. Considerando que la docencia escolar es una profesión intelectual y de ayuda a otros, la escuela con el propósito de ofrecer un futuro atractivo, tiene que conocer a cada docente para proponerle oportunidades que – sin sacarlo necesariamente del aula – le permitan el desarrollo intenso y renovado del estudio, de la investigación, de la trasmisión de conocimientos a través de conferencias y/o de asesorías; así como poner a sus disposición instancias mediante las que pueda ayudar fina y capilarmente en su desarrollo personal a sus alumnos, a los padres de familia y a sus colegas.

Al margen de la estrategia que se elija, el director no debe cejar en el empeño de lograr que su escuela sea lo suficientemente estimulante para que todos y cada uno de los docentes puedan desarrollar su labor como tales y puedan encontrar cauces para su satisfacción y realización profesional: intelectual y de ayuda. Asimismo, tiene que procurar que sea lo necesariamente flexible, de modo que, se pueda acompasar con las iniciativas, innovaciones y proyectos de cada uno de sus integrantes.

 

 


4 respuestas a “CONTRATAR O DESCUBRIR: Dilema del directivo

  1. Que buen artículo. Este me hizo recordar que para generar obediencia es mejor facilitarla, es decir, darle las pautas y las expectivas para que cumpla lo que debe; es así como se siente un persona que sabe esas pautas, las hace bien y cumple las expectativas del que lo contrato, pero para hacer que se despliegue su talento hace falta que tenga un escenario disruptivo que desencasille el confort.
    Ha sido enriquecedora la lectura.

  2. Decididamente comparto esta reflexión.
    Trabajar en un clima cuidado, apoyado y de confianza en los saberes y criterios de un docente es la base para el buen desempeño en favor y desarrollo de sus alumnos.

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