Edistio Cámere
Cada cinco años se opera un relevo en la conformación de los poderes ejecutivo y legislativo: aparecen nuevas iniciativas y leyes con la impronta del partido de gobierno. En ausencia de un proyecto país, la falta de predictibilidad, las propuestas se emitirán con arreglo a la sensible sonoridad de los aplausos, de la volatilidad de las encuestas o a la soberbia actitud de que la historia comienza con el gobierno entrante. Bajo esta óptica, habría que decir que el destino de un país no se define en las urnas ni el congreso. En donde en verdad se fragua el porvenir de una nación, es en los colegios, que tienen en sus ´manos´ a los niños y los jóvenes en proceso de formación y a sus padres, primeros educadores. El cambio y relevo de gobernantes suele dar noticia de transitoriedad; en cambio, la misión de la escuela habla de permanencia porque actúa sobre la naturaleza de las personas. El estudiante, no es un mero transeúnte que pasa por la escuela, más bien la habita, pues una porción de su existencia se despliega entre sus paredes. Por tanto, durante un poco más de dos lustros, padres y profesores en una suerte de alianza, educan, forman con continuidad, con predictibilidad y hacia un mismo norte a niños y jóvenes, ciudadanos del mañana. El norte no es el mismo para todas las escuelas gracias a la riqueza del pluralismo propio de toda sociedad democrática.
Para que la escuela cumpla con esa finalidad se la debe respetar como una institución capaz de autodeterminarse con arreglo a sus objetivos, no imponiéndole visiones utilitarias ni ideologizadas encaprichadas por los resultados, por lo cuantificable ni por el pensamiento único. Dichos enfoques, distraen a la escuela del sosiego, análisis y reflexión que reivindican el conocimiento, la comprensión y el cariño por el Perú.
En menos de un año el Ministerio de Educación ha presentado el Proyecto de Reglamento de instituciones educativas privadas, el Decreto Legislativo N°1476 y, el DU N° 02-20, DS 005…etc. Lo farragoso y la falaz desconfianza que anidan en las leyes incomodan, desconcentran, distraen, desvían, de su objetivo a cada escuela y, a todas en conjunto, les impiden contribuir con el crecimiento y mejora del país.
Tanto las escuelas públicas como privadas, cada año, reciben de la cartera de Educación el siguiente mensaje: – prepárense, este año toca comenzar de nuevo. Así las cosas, poco se avanza y lo peor es que como se dispone de poco tiempo para incorporar las ´novedades´, se termina ofreciendo café con su mismo color, pero con sabor a cebada.
Mientras las ideologías primen, la miopía distorsione la realidad y reine la desconfianza (lo triste es que esa actitud se confirma y alienta desde el Estado) la calidad educativa en favor de los niños del Perú se entumecerá tanto más, cuanto mayor sea la asfixia que imprima el gobierno a las instituciones educativas.
Don Edístio: Como siempre muy interesantes y sugerentes tus puntos de vista. Lo compartiré con las alumnas de la Facultad, para establecer un diálogo. ¡Espero que te encuentres bien! CBS
Cesar que gusto saber de ti. Gracias por tus comentarios y me alegra que pueda servir en tus clases. Un fuerte abrazo.
Edistio