Apuntes para forjar una eficaz política educativa

Por Edistio Cámere

Las instituciones educativas particulares suelen recibir como ‘dadas’ las políticas que se gestan en ambientes que no siempre atienden sus necesidades, que desconocen su dinámica cotidiana y la importancia de la cultura de una escuela que se nutre de la interrelación de los padres de familia, docentes y alumnos en el marco del proyecto o principios educativos que las distinguen.

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Es cierto que toda política debe ser abarcativa y, diría, sin ningún pudor, hasta universal en el sentido que facilite el movimiento libre -dentro de ella- de los involucrados. En tal sentido, me gustaría compartir con los directores y docentes algunos criterios para la formulación de un eficaz marco educativo. Lo hago simplemente con el deseo de alentar a sus protagonistas principales para que con la solidez y experiencia que los caracteriza, ‘desde abajo’, puedan aportar para que ‘arriba’ propongan una política de veras universal.

1.- El diagnóstico que suele aventurarse acerca de la educación en el Perú, por lo general, enfatiza las deficiencias y sesga sus apreciaciones en lo cuantitativo, que es lo más fácil de extrapolar y comparar con otras realidades.

2.- En tal sentido, descuida el contexto que influye en la educación. No me refiero a las variables que tradicionalmente se reseñan (remuneraciones, alimentación…) Quiero hacer hincapié en la cultura, en nuestra cultura. Ciertamente, el Perú no es solo andino, tampoco es solo español. Está en un proceso de síntesis, de mestizaje que si no lo comprendemos estaremos caminando hacia un país sin identidad definida. El ethos social es lo que caracteriza a un país y como consecuencia -gracias a aquel- se logra una cosmovisión, unos valores y una estética que une y vincula a todos sus ciudadanos.

3.- El Perú ha cambiado por la fuerza y empuje de un gran sector de la población que ha migrado dejando su terruño y que se ha instalado en las ciudades importantes. De ellas ha asimilado lo necesario para adaptarse con eficacia, pero ha impuesto su forma y estilos de vida que, por otro lado, es resultado de su interacción con su nuevo medio. La ciudad, lo urbano ha perdido fuerza y no ha dejado rastro a seguir. El Perú -oficialmente- pertenece a la cultura occidental-cristiana y pugna por engancharse a los beneficios que ofrece la globalización. No obstante, la diversidad cultural y los diferentes niveles de desarrollo que se advierten en las regiones y entre ellas, exigen denodados esfuerzos para atender diferenciadamente a su población, de modo que sin perder su identidad puedan ser al mismo tiempo ‘ciudadanos del mundo’.

4.- En este sentido, pienso en una educación que ‘formalice la cultura peruana’ dentro de un proceso que privilegie la formación de ciudadanos a tenor de los valores y criterios universales, pero buscando rescatar y direccionar los modos, usos y costumbres peruanos. El Perú tiene recursos culturales y humanos que deben valorarse y que en nada se oponen a los avances de la sociedad tecnológica actual. Es más, creo que le añaden un cierto rostro cordial y acogedor. Valorar lo nuestro también implica promover su aplicación a la vida cotidiana.

5.- Ciertamente, el esfuerzo tiene que ser general pero diferenciado. Los primeros grados de enseñanza reclaman mayor atención, tomando el dominio del cuerpo como base para aprendizajes posteriores. No olvidemos que el conocimiento ‘pasa’ por los sentidos y luego a través de ellos se expresa. También es importante fomentar la incorporación de lo que denomino como ‘Gestos Educativos Básicos’, que apuntan a preparar al niño o niña para el trabajo (primero escolar y luego profesional): postura, utilización del lápiz, preguntar cuando no entiende, levantar la mano, orden en su carpeta…

6.- Para la lectura comprensiva, junto con generar el espacio para su desarrollo, conviene instituir una hora del cuento. A nuestros niños, con escasa estimulación en sus hogares -no olvidemos que Luis Alberto Sánchez afirmó que “los niños son apoyo fundamental en la economía de sus hogares”-, conviene despertarles su imaginación, sus intereses mediante narraciones para luego gradualmente entrar a la lectura.

7.- La lectura es importante, pero se tiene que complementar con la escritura. Saber expresarse mediante grafías es una tarea intelectual seria y esforzada. Me parece un objetivo a lograr a partir de un 5to grado de Primaria.

8.- La inteligencia práctica parece ser un patrimonio de nuestros niños. Ellos aprenden a desenvolverse en una sociedad fuerte y difícil, por tanto, es necesario aprovechar esta fortaleza para ir gradualmente a niveles más abstractos. Esto es conocimiento de la realidad y de metodología.

9.- La educación Secundaria debe dirigirse más al pensar que al acumular. El joven adolescente, por su edad, se interroga, se pregunta… pero tiene pocas respuestas. La idea es que a partir de esta capacidad se inicie a los alumnos en discurrir, analizar y abstraer. La educación en este nivel tiene que ser vital, cercana a ellos.

10.- ¿Cuál sería para mí un objetivo en Secundaria? Acompañar a los jóvenes en su desarrollo. Mostrarles horizontes esperanzadores. Darles seguridad en su futuro. Se abre entonces un panorama impresionante para el docente-tutor o consejero.

11.- Con respecto a los maestros:

-Confiar en ellos. No criticar tanto la educación peruana que, a pesar de todo, funciona y lo hace con sueldos y condiciones escasas.

-Darles autonomía y autoridad en sus aulas, ello solo es posible si los colegios tienen un ideario o proyecto educativo diferenciado, que unifique criterios y conductas pero que en lo técnico-pedagógico exista diversidad.

-Brindarles capacitación es importante pero en el conocimiento de la persona a quien ellos educan, en el modo de trasmitir y en su formación personal, pues ellos educan con su ser y su ejemplo. La influencia del docente como persona es explícita e implícita.

-Orientar los esfuerzos hacia los cuadros intermedios de los colegios: Subdirectores, jefes, coordinadores… pues ellos son los que gobiernan el día a día en sus instituciones y son más permanentes.

-La capacitación no debe ser solo en vacaciones, es necesario que se dosifique durante todo el periodo lectivo. Al profesor hay que acompañarlo, permitirle que aporte, que tenga iniciativa. El tiempo y el trato personal es el mejor aliado, facilita el conocerlos, proponerles retos para su desarrollo personal, profesional y promoverlos a nuevas responsabilidades.

-A los directores hay que capacitarlos más en filosofía y orientación educativa que en aspectos técnicos: Su tarea fundamental es mostrar el norte. Definido el camino a seguir los profesores se entregarán más seguros y firmes a su tarea docente.

12.- El trabajo con las familias no tiene que limitarse a su participación en la administración o en asuntos económicos. Esto en la práctica no funciona, aunque pueda ser sonido melodioso para los oídos. Se tiene que procurar involucrarlos en la formación de sus hijos mediante una cordial y eficaz relación familia-colegio. Las escuelas tienen ese privilegio y esa oportunidad que no pueden descuidar tan alegremente.

13.- La educación es una tarea que obliga a todos los actores de la sociedad. La clara delimitación jurídica entre colegios particulares y estatales no tiene que verse como opuestos antagónicos. Con sagacidad se puede buscar cauces para una positiva complementariedad. Lo interesante es distribuir los esfuerzos de modo que el Ministerio actúe como ente rector.

Lo que está muy claro es que la educación es un proceso de formación de personas. Los resultados inmediatos no son su objetivo. Paciencia, norte claro y a recomenzar. Los docentes son como el jardinero: lo suyo es regar, puede ser por goteo, por aspersión, con manguera, con regadera, con acequia o canales. Lo importe es regar. Luego la semilla fructificará a su tiempo, no antes ni después.


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