QUEHACER FORMATIVO= Hogar + Escuela

Edistio Cámere

Las familias y la escuela se unen a través de los hijos. Pero esta unión se especifica de modos diversos. En lo que atañe a la instrucción, la función del colegio es complementaria a la que compete a los padres. Con respecto al quehacer formativo: afecto, actitudes, valores, principios, virtudes… etc., la función de los padres es fundamental -en este campo el derecho-deber de los padres es inajenable-, por tanto, la tarea de la escuela debe ser subsidiaria y no de suplencia.

Pretender que la escuela supla la responsabilidad primaria de los padres es desconocer su naturaleza, adjudicándole obligaciones que no le competen. Ciertamente, el concepto de ‘educación’ es bastante amplio y complejo. Muchas escuelas se preocupan y se ocupan no solo de los aspectos académicos; no obstante, esta práctica no invalida ni minimiza la función de los padres como primeros educadores, lo cuales, conscientes de que son los principales conductores de la formación integral de sus hijos, confían y delegan parte de sus facultades a la escuela para que se ocupe de su instrucción.

La enseñanza conduce al aprendizaje, y este, al evaluarse, reporta el rendimiento del alumno. Los resultados académicos generan en los padres cierta ‘ansiedad’ y ‘dolores de cabeza’, al extremo que intentan reemplazar a su hijo en su esfuerzo por aprender o intervienen en los aspectos técnico-pedagógicos que acreditan a la escuela como ayuda calificada elegida por ellos. Lo que no puede ser trasladado a la escuela son las virtudes que se logran a través del estudio. El orden, la laboriosidad, la puntualidad, la perseverancia, la fortaleza…, son hábitos que se hacen operativos precisamente en el seno familiar. La familia, por la cercanía afectiva que dundamente las relaciones entre sus miembros, favorece el desarrollo de lo irrepetible de la persona, de su intimidad, de las virtudes humanas que todas las sociedades necesitan.

La familia es el ámbito natural donde las personas se valoran por lo que son y no por lo que hacen; donde el nombre propio tiene toda la fuerza de un ‘tú’ personal que, por ser amado, se le prepara y forma para ser libre y responsable.  En dicho ámbito el amor fluye potenciándose a través de todos sus integrantes.  En este sentido, el saberse querido es la mejor motivación para el aprendizaje. Lo que hagan o dejen de hacer los padres tendrá invariablemente repercusión directa en sus hijos. Un ambiente familiar impregnado de cariño, coherencia, cordialidad, exigencia, comprensión y alegría será decisivo para la formación integral de los hijos.

Desde esa óptica, está claro que el colegio no puede suplantar la eficacia de los padres en la formación de sus hijos, pero sí constituye un medio importante para complementarla. Su influencia debe ser sabiamente aprovechada por los padres.  En algunos casos -que serán los más- la reforzará o ampliará. En pocos, la corregirá, pero siempre a través de los hijos y no intentando intervenir directamente en los aspectos técnicos de la escuela.

El enfoque de los padres responde -como es justo y lógico- a las necesidades particulares de su hijo. La escuela atiende al bien común de todos los que la integran, razón por la cual los padres deben procurar, frente a una circunstancia ordinaria, dar más luces al docente o tutor encargado de su hijo, escuchar con atención para, en conjunto, tejer una estrategia que calce con la singularidad y bienestar del aquel. Los padres que entienden su responsabilidad en la educación integral de sus hijos, valoran y estiman la función del colegio y procuran complementar su labor en aras de su crecimiento.

Suele ocurrir que no pocos padres están pendientes de sus hijos cuando cursan Inicial o Primaria. En Secundaria, sin embargo, su presencia es más bien oficial. Parece ser un lugar común pensar que hasta el fin de Primaria es su obligación; la Secundaria, en cambio, pareciera ser responsabilidad del colegio. Pero hay que tener muy claro que la atención de los padres hacia los hijos debe ser intensa y cercana durante todo el periodo escolar, especificada y ajustada, claro está, a las características de los períodos de evolutivos del desarrollo de cada uno de ellos.


2 respuestas a “QUEHACER FORMATIVO= Hogar + Escuela

  1. estoy totalmente de acuerdo, la educacion no es delegable, corresponde a los padres ser los protagonistas en la educación de sus hijos, no pueden delegar al colegio esta mision que compete principalmente a ellos. El colegio solo debe apoyar a educar es por ello que deben elegir con sumo cuidado el colegio que eligen para sus hijos de acuerdo a la linea axiologica para que vaya de acuerdo a sus principios educacionales como padres de familia; por otro lado, es muy importante que durante todo el proceso de crecimiento de los hijos, los padres esten atentos, y sobre todo en la adolescencia, pongan mas empeño en darles afecto y seguridad, pues aunque los chicos no lo demuestren, se dan cuenta claramente (aunque no nos lo dicen) de que sus padres se preocupan por ellos y por su educación cuando que se les ponen limites, se les corrige, se asiste a las reuniones del colegio, etc. es una etapa difícil por ello requiere especial dedicación.

  2. Estoy de acuerdo porque la educación de los hijos no es delegable, los padres son los primeros protagonistas en la educacion de los hijos y el colegio apoya en esta mision, por eso es importante que los padres elijan con cuidado el colegio en el que estudian pues la linea axiologica de la institucion debe concordar con los principios educativos… por otro lado, en la etapa de la adolescencia hay que tener especial cuidado con los hijos por la cantidad de peligros a las que están expuestos, guiarlos y orientarlos. ademas, cabe resaltar que los adolescentes se dan cuenta (aunque no lo digan), y agradecen cuando sus padres les ponen limites, les exigen, los corrigen, asisten a las reuniones del colegio, etc… pues se dan cuenta de que los amamos y que es por educarlos que se hace todo eso.
    muy interesante la lectura.

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