Grandes temas … pequeñas reflexiones

Edistio Cámere

                                                                                                                                                               01

         Es verdad que el mundo entero se conmociona con un atentado terrorista. Pero dolor desgarrador, radicalmente humano y misterioso, sólo lo experimenta, en toda su intensidad, la familia de las víctimas. Porque para aquella, la pérdida de uno de sus integrantes, es irremplazable. En la familia, la persona vale por lo que es. Sólo en aquella se conoce la historia, los amores, las ilusiones, los planes, las alegrías y las penas del papá, de la mamá, de la esposa, del esposo y de los hijos. Sólo la familia hará que la obra y el recuerdo de cada uno de ellos continúe con vida a través de las sucesivas generaciones.

                                                                                                                                                               02

“Sin poder ser acogido en su singularidad en el seno de una familia… ¿Qué le queda al hombre de hoy?.. Las plazas para gritar, los casinos para olvidar, los estadios para desahogarse, la actividad para evadirse, la política para soñar despierto y, el fin de semana para la soledad”

                                                                                                                                                               03

       La violencia extrema vocifera arbitrariamente: “tu vida me es indiferente al punto que mi ideal, mi deseo o mi capricho, valen mucho más”. ¡Desgraciada proporción!. Pero el llegar a ese límite, supone haber transgredido demarcaciones intermedias, soslayando en todos los casos sus consecuencias. Por eso, viene bien cuidar en mucho las relaciones interpersonales, sobre todo aquellas que tienen que ver con el binomio jefe-subordinado, padre-hijo, profesor-alumno, gobernante-ciudadano. Cuando un padre de familia impone – por capricho o por ira – a su hijo una norma, cuando no se interesa por sus logros o preocupaciones… ¿ Ese padre no está acaso siendo violento con su hijo? La cortesía, los buenos modales, el respeto, la afabilidad… son efectivos muros de contención contra cualquier insinuación de violencia.

 


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