El docente, la educación y la sociedad

Edistio Cámere

La tarea educativa no termina con la enseñanza de las materias. Si solo fuese la instrucción su fin,  los logros serían más fácilmente comprobables.  Somos conscientes de lo sensible que es la educación con respecto a la influencia de la sociedad. El alumno de su entorno recibe sensaciones, percibe malestares pero poco entiende de sus causas y justificaciones. Un niño, por ejemplo, no se hace cargo de las razones por las cuales sus padres deciden separarse; tan solo advierte que no se quieren, que no lo quieren o,  que su padre no volverá más.

En los días que corren, da la impresión que la sociedad como una nave ha zarpado con combustible, con vituallas, con capitán, con tripulación… sin embargo, ha perdido el rumbo quizá porque se ha olvidado de un pequeño gran detalle: la brújula. Contrariamente con lo que ocurre con la macroeconomía que sus índices de crecimiento demoran en llegar al ciudadano, la falta de dirección, el desgobierno, la crisis de valores, la corrupción impactan con velocidad lacerante en todas las instancias de la sociedad que automáticamente van relajándose en el cumplimiento de sus obligaciones.

Mientras que el gobierno se apura en solucionar cada crisis coyuntural, la estela que dejan envuelve cegando todo viso de esperanza en el futuro a los ciudadanos. La recomposición de un gabinete, no es una práctica irrelevante; el “destape” de un hecho inmoral no es una mera noticia; las reyertas callejeras no son simples diferencias de opiniones; tampoco los robos ni los secuestros son consecuencia de un mercado recesivo… estos y otros acontecimientos similares son como una especie de nube cargada que no permite el paso de los rayos solares, pero mantiene a todos en vilo por ser presagio de la proximidad de una tormenta, lo mejor será – por si acaso- ponerse a buen recaudo sin que importe la suerte de los demás.

Frente a este panorama real a la educación se le plantea un nuevo reto ¿cómo mostrar a los jóvenes que los valores existen independientemente del comportamiento de algunas personas? ¿En qué fundamentar la esperanza en el futuro? No es la matemática ni el lenguaje – aunque nos podemos servir de ellos – los que responderá al reto social. Tampoco, los grandes discursos ni las campañas nacionales serán decisivos. El camino es ir por delante señalando con el ejemplo los valores que valen la pena encarnar. Los niños y los jóvenes están pendientes de referentes significativos de quienes aprenden y aceptan consejos. Estos referentes son los profesores. La condición de significativo remite a afecto y autoridad. Lo más próximo al alumno es el profesor y, a través de él recibe las influencias. En un entorno cambiante e incierto la figura del profesor debe trasmitir seguridad y esperanza. La seguridad la logra conduciendo y convocando al alumno a lo que le es propio, el estudio. Y la esperanza,  mostrando que mediante el esfuerzo, el trabajo, el cultivo de las virtudes se construye el futuro en el presente. El joven debe en su ambiente próximo e inmediato ver reflejado en acto los valores. 

Una vez más la escuela tiene que suplir, se ve obligada a adosarse nuevas obligaciones. Comparto lo que decía un pensador mexicano Carlos Llano: “estamos más pendientes de las decisiones que se toman en el gobierno, de lo que dicta el mercado y de lo que dicen los medios de comunicación y olvidamos que las grandes decisiones se toman en la familia, en la escuela y en ámbito personal” Que un joven siga creyendo, decida graduarse y trabajar por su país, es un decisión capital a la cual se contribuye desde la educación. Espero que los legisladores aprecien y faciliten que el docente ejerza su labor con autonomía, quien, sin ánimo retórico, tiene el futuro del país en sus manos.  


4 respuestas a “El docente, la educación y la sociedad

  1. interesante articulo pero yo creo que aunque hay muy buenos profesores, que orientan y guían al alumno hacia el bien y así lo ayudan a crecer como persona, hay tambien muchos otros profesores (de otros colegios) que no son nada buenos por diversas causas: ya sea por falta de capacitacion, de guía, de un buen director que les de el ejemplo, por la educación que han recibido, etc etc… bajo esta realidad, como se podria dejar al libre albedrío que tengan autonomia y se pueda confiar en ellos tanto… si tienen en sus manos al futuro del país???… yo creo mas bien que la respuesta esta en que se formen buenos directores y luego se les de autonomia para que a la vez ellos formen y preparen bien a los profesores.

    1. Gladys
      Efectivamente, la libertad tiene su riesgo, que podrá minimizarse precisamente con la formación de directores y docentes.
      Gracias por tu comentario
      Edistio

  2. Desde la Maravilla Natural del Mundo: «RÍO AMAZONAS»

    Los Causantes del DECAIMIENTO en cuestión Académico y Valores:
    Fórmula:
    PSICÓLOGOS + CONGRESISTAS + PRESIDENTE de la REPÚ.. = Código del Niño y Adolescente y otros, han Sembrado un Nuevo Patrón Social; Descabezamiento de Colegios y Hogares.

    Las Causas que produce:
    Fórmula:
    GENES + CULTURA_Pereza + Código del Niño y Adolescente = Bajisimo Rendimiento Académico, lo Moral_Ético por los suelos. Los muchachos NO casi ya no estudian y CHANTAJEAN a los Profe para que les pongan buena notas, los Chicos Chantajean a los Padres para que no les Exiga ni Presione(aduciendo que le ha querido violar o le a violado, etc.). Y todavía de esta fórmula se crean Sicarios, Marcas, Corrupción, Protestantes Sociales, Invasores de terrenos, Taladores ilegales, Mineros ilegales, Ninis (mas de UN millón de muchachos que NO trabajan ni estudian), Fumones, Peperas, Tragueros, Fiesteros_baileteros, etc., etc.
    Efraín E.H.

    1. Efrain, aún así el docente no debe perder la confianza en su trabajo. Educar es lograr un prodigio personal, aunque sea lento pero los resultados perduran. En este caso, si que vale la pena detenerse en cada árbol para que crezca de tal calidad que informe con esa misma condición a todo el bosque.
      Muchas gracias por su comentario.
      Edistio Camere

Deja un comentario