Javier Dextre
Luego de seis meses de confinamiento social y clases a distancia, el panorama educativo presenta diversos matices que bien deben analizarse. Dialogamos con el educador Edistio Cámere, quien nos da su punto de vista sobre la situación de la educación escolar peruana.
¿Qué evaluación puede hacer en estos seis meses de educación a distancia?
Para tentar una evaluación tomaré prestada una comparación. Ha sido como un tren subterraneo. En la superficie, el gobierno y los medios de comunicación enconaban a los padres de familia con los colegios, enfatizando que el único componente de la educación era el ecónomico. Debajo de este demoledor y constante ataque, las escuelas y sus profesores se esforzaban con denuedo para mantener el año lectivo 2020 vigente, a pesar de que ese intento supusiera más trabajo y hacerse con una – en muchos casos, si – una ocupación complementaria: el manejo virtual. Dos intenciones divergentes. Los colegios respondieron con creces a las necesidades de sus alumnos. Hasta ahora no se cual era la diana a la que el estado apuntaba.
-¿Cómo considera la participación del Minedu en las políticas educativas, especialmente en este tiempo de pandemia?
El Minedu en vez de mirar la paja en el ojo ajeno debería poner las barbas en remojo. ¿Por qué lo digo? Los alumnos de las escuelas privadas se distancian largamente de los de la escuela pública, porque los primeros no han perdido la esperanza de un mañana diferente. El MINEDU no perdona la contudencia de este hecho. ¡Que los padres de familia trasladen a sus hijos de la escuela pública gratuita a una de paga, no se explica tan fácilmente, salvo que sea porque advierten posibilidades y alternativas.
–¿Cuáles son las mayores amenazas contra la educación privada y la libertad de enseñanza.
El MINEDU al no contar con argumentos enjundiosos, ni con una gestión eficiente, menos con resultados que respalden sus políticas, ha optado por utilizar su poder de legislar pergeñando irregularidades, determinando sanciones y cuantificando multas. Este poder que ostenta el MINEDU ha devenido en coercitivo por tres razones: a) Es parcializado, su foco es la escuela privada, a la que con el sambenito de lo informal o de lo mercantil, la cuestiona y sanciona; b) Los estándares de calidad a los que invoca para medir y multar ¿los ha implementado con éxito en sus colegios ¿Sirven como modelo? De lo contario ¿con qué autoridad profesional se arroga la idoneidad de evaluar a los colegios privados?; y, c) Las sanciones pecuniarias constituyen ingresos propios y, si a ello le sumamos el aumento en la discrecionalidad del funcionario, la consecuencia es obvia: la vitalidad de la escuela privadas corre el riesgo de “secarse” por exacción.
Las multas no tienen como propósito el enseñar o el corregir. El legislador “tiene la certeza” de que “intencionalmente y con malicia” la escuela transgrede una norma; por tanto, el monto tiende a paralizar, o a quebrar las defensas económicas de un centro educativo.
-El Minedu habla ahora de una ‘unidad cero’, cuéntenos la experiencia al respecto en el Colegio Santa Margarita.
En efecto, el colegio Santa Margarita, desde hace unos largos años ha puesto en marcha la semana llamada “cero” (0) con la que se reinicia un nuevo año escolar. ¿Cuál es su propósito? Acoger y inducir a Juan y a María que además son alumnos, luego de un largo periodo de vacaciones. Se facilita que puedan reestablecer relaciones con sus nuevos y antiguos compañeros y profesores. Cuentan e intercambian sus vivencias y se contagian con las novedades propias de la promoción. Asumen nuevos propósitos como grupo e individualmente.
-Hay quienes opinan que se debería agregar un año más a la etapa escolar, ¿qué le parece?
La intención de esta propuesta esta muy lejos de ser un beneficio económico para un colegio. Si los alumnos terminasen la secundaria con 17 años cumplidos y besando los 18, ese cuarto de secundaria y la mitad del quinto serían espacios fértiles para culminar su formación humana y académica. Con mayor madurez, con sus cualidades dibujadas y visión del futuro más consistente, los colegios podrían finiquitar sus planes educativos y los alumnos abrirse a la sociedad más cuajados. Hoy concluyen sus estudios secundarios a los 16 con el agravante que a mitad de año – en el mejor de los casos y, en el peor, en abril – los jóvenes han sido admitidos a la universidad, por tanto, ese quinto de secundaria se reduce a un semestre y… luego, en la universidad no pocos, migran de facultad o se desmotivan. En verdad, sería una gran iniciativa y el Perú dejaría de ser original al respecto, pues la mayoría de los países de la región, la secundaria finaliza con el sexto grado.
-¿Cómo debería ser la actitud del Minedu para mejorar la educación en general?
Que se dedique con pasión, entrega y honestidad a incrementar la calidad del servicio educativo estatal. Es su primera y principal responsabilidad. Ofrecer una educación mediocre, apática y uniforme es atentar contra la justicia, más todavía porque quienes acuden a los colegios del estado son familias que no pueden costear otras escuelas. La educación pública debe ser igual o mejor que la no estatal. Es – a mi juicio – un modo de escamotear su responsabilidad, atacar a la educación privada. La pluralidad de ofertas educativas es caracteristica de toda democracia, negarla esta también afecta la libertad de enseñanza.
-¿Qué le diría a los docentes que vienen dando sus clases a distancia?
Escribí hace unos días que en vez de llamar a este año Año de la universalización de la salud, debería titularse Año del docente peruano, quien con su trabajo profesional ha logrado que la pandemia y su secuela, no paralicen a la escuela. El periodo lectivo 2020, se remontó gracias a las escuelas y sus profesores.
-¿Y a los padres de familia?
Creo que haber tenido la oportunidad de “tocar” el quehacer docente a través de la “pantalla” debe lograr que recuperen la confianza en los docentes y en las escuelas. Reconocer la buena intención y la entrega sería muy saludabre aunque sea inevitable que en tantos horas de dictado no se hagan visibles algunos contratiempos y deficiencias.
El docente a través del dominio de materia, de una entrevista comunica un bien, una perfección al estudiante que antes no tenía. El docente con su labor engrandece a la persona del alumno, su tarea no es una mera trasmisión de información, como se quiere hacer creer.
Por último, la relación profesor – alumno tiene un camino estructurado y al mismo, es muy personalizado. Gracias al entorno virtual, algunos padres están presente al momento del “dictado de clases”, me parece bien, pero si les pediría que respeten esa relación dejando que sea su hijo el verdadero protagonista. La abstención de los padres es reconocida y agradecida por sus hijos.